Reflexiones de primeras veces...

Por Jen y Meli.


De nuevo estamos aquí pidiendo disculpas por la ausencia, pero venimos prometiendo que el 2018 será un año más constante para Moda 2.0. En unas semanas empiezan las alfombras rojas y mientras tanto, los vamos a entretener contándoles cositas varias.



Como saben, el año pasado tuvimos un cambio drástico en nuestras vidas: entramos a estudiar el Máster en Fashion Studies en Parsons, en los campus de París (Meli) y Nueva York (Jen). Por eso es que no hemos tenido tiempo ni para respirar, ni para vivir, ni para pensar para escribir tanto como quisiéramos. Pero lo bueno es que esta experiencia nos ha dado nuevas cosas que compartir con ustedes desde una perspectiva que no habíamos experimentado en mucho tiempo: la de estudiantes, algo que nos ha permitido vivir las dos capitales de la moda de manera muy, pero muy distinta a la que nos imaginábamos. (Nota adicional, estamos pensando en escribir cosas más específicas sobre cómo aplicar a la universidad y otro temas, díganos si les gustaría leer eso).

En la Torre Eiffel, una postal de ensueño.
Esa, de entrada, es la primera lección: nada es lo que nos imaginábamos. No es que eso sea malo pero sí que algunas cosas no han sido precisamente como pensábamos. Por eso, después de casi cinco meses que han parecido una eternidad entre lecturas y ‘papers’, podemos decir que hemos aprendido algunas cosas que vale la pena compartir con ustedes.

Un punto favorito de NYC: Central Park
Vas a sentir que no sabes nada. No necesariamente de la maestría que vas a estudiar (nosotras teníamos confianza en nuestro conocimiento y por eso aplicamos), sino que los sistemas educativos de distintos países te hacen sentir algo perdido. Nosotras estamos estudiando ambas con metodología estadounidense (Parsons funciona igual en París), donde lo más deseado son los ensayos y la escritura académica es muy importante. Para nosotras, acostumbradas a escribir siempre como periodistas, esto ha sido un gran reto que nos ha permitido ampliar nuestro léxico y aprender nuevas maneras de presentar nuestro trabajo (a los golpes, pero sí). Lo mismo pasa con las lecturas recomendadas, que son obligatorias si quieres entender qué está pasando en clase. Nadie se va a sentar a repasar lo que leíste, aquí a nivel de maestría lo más importante son las discusiones en el aula (hemos leído más este semestre que en todo un año de pregrado). Y olvidémonos de exámenes en parciales, aquí también son ensayos y tienes que esforzarte de verdad si quieres una buena nota.

Dormir no es una opción. Cuando les decimos que los sistemas son bastante distintos no es exageración ni queja, es la purita verdad. Las cuatro materias del semestre parecían una cosita sencilla hasta que nos empezaron a llegar las listas de libros y las lecturas de cada semana. 40, 60, hasta 100 páginas para una sola clase, que hicieron de nuestras horas de sueño un lujo que ya no nos podíamos dar. Durante los parciales y los finales a veces nos encontrábamos en WhatsApp a pesar de las 6 horas de diferencia. Una terminando de escribir un trabajo a las 3 am en Nueva York y la otra despertándose en París después de haber pegado el ojo tres horas. El café fue nuestro aliado, y también el mantra de que dormir está sobrevalorado (claramente es mentira, pero ajá).



Los paseos son limitados. ¿Y han conocido bastante? Nos pregunta mucha gente, ante lo que solo nos queda reírnos. Sí, tratamos de explorar lo más posible, pero entre Veblen, Marx, Butler y Taylor no nos da tiempo, así que toca aprovechar las vacaciones para eso (se vienen pronto posts de exhibiciones y otras cosas chéveres que hemos conocido).

Dato de las universidades norteamericanas: todo es orgullo. Encuentras
camisetas, bolsos, tazas, TODO con el logo de Parsons.
Universidades que están en todo. Para nosotras en Colombia, la experiencia de la universidad se limitaba a una institución a la que ibas a tomar clases y ya está. Aquí la universidad se involucra en todo: te ofrecen desde seguro médico hasta programas sociales de alimentación (una repisa de alimentos no perecederos para que los estudiantes de menos recursos se abastezcan), toman posición en temas migratorios y hasta te ofrecen asesoría de salud y psiquiatría en los momentos de mayor estrés. Ahí es cuando uno se da cuenta de que el dinero invertido se va a muchas otras fuentes que es bueno aprovechar. En Estados Unidos el carné de estudiante también es una ventaja en casi todas partes: te da descuentos en tiendas, museos, eventos (entradas de Broadway y demás) y a veces hasta en transporte. En Francia hay muchísimos beneficios para estudiantes, precios especiales para muchísimos servicios, el problema es que muchos son para estudiantes menores de 26 años y ya nosotras pasamos por ahí. Pero siempre es bueno consultar las organizaciones estudiantiles y estar al día, porque de verdad representa un ahorro.

Hay que prepararse para el cambio. Suena a frase de cajón, y en teoría nosotras llevábamos un año en el proceso de ser aceptadas en la universidad, pero la verdad es que nada de lo que te contaron sobre las ciudades o la experiencia en la universidad en el exterior de acerca a lo que empiezas a vivir. La soledad, el tener que ser verdaderamente independiente y ajustar la vida a los cambios de clima son, entre otros, cosas que nadie puede explicarte, pero para las que hay que irse preparando con tiempo. Para la mayoría todo eso representa salir de la zona de confort, y aunque digamos que es algo fácil (siempre nos repetimos que los retos son bienvenidos y uno se hace la fuerte y tal), la realidad es distinta.

Parte de los estudiantes de Fashion Studies de Parsons NY. La diversidad
es increíble: gente de la India, Irán, Arabia y Asia.


Nueva York, ¡una película cara! Vivimos en ciudades maravillosas, no podemos negarlo, pero siempre habrá cosas buenas y otras no tanto (así como cosas chic y otras no tanto, ¿se acuerdan?). Nueva York tiene infinitas posibilidades para hacer todos los días y a cualquier hora, porque hay demasiadas cosas 24 horas, pero si tu presupuesto es limitado las posibilidades se limitan también. ¿Comer fuera todos los días? ¡Olvídalo! Por economía y salud, es común que la gente traiga almuerzo o merienda de su casita. Eso sí, nada se compara con la maravillosa diversidad que se ve aquí: personas de todas partes del mundo y de todos los antecedentes posibles. Puedes encontrar algo nuevo todos los días y nunca dejar de sorprenderte, pero hasta los neoyorquinos saben que llevar vida de Carrie en Sex and The City es solo una realidad para Anna Wintour, porque ni las blogueras más ‘top’ tienen bolsillo para tanto.

Estadio de béisbol de los Mets, en Nueva York.
Las postales parisinas. París, por su parte, es encantadora, cualquier esquina parece una postal (se han dado cuenta por las poquísimas fotos que hemos podido compartir en Instagram), especialmente en el centro, donde se encuentra Parsons. Pero yo, Melissa, tengo que admitir que, además de los paisajes, una de las cosas que más me gustan es la facilidad para moverme por la ciudad. El sistema de transportes (metro, buses, trenes de cercanía y tranvía, ¿vieron qué poco de opciones?) está armoniosamente articulado y te lleva a cada rincón de la ciudad y sus alrededores. Además, subirse al metro a las 12 de la noche es como hacerlo a las 10 de la mañana: las estaciones están siempre llenas de gente y te puedes sentir seguro, algo que tristemente no puede decirse de Barranquilla, primero porque no hay buses a esas horas, y segundo porque si los hubiera, probablemente no los habría usado. ¡Ah! Pero no todo es color de rosa y nadie te dice antes de mudarte que los franceses son más complicados con los trámites que los colombianos. Todo es lento, cualquier diligencia es difícil, incluyendo las de los bancos (que no abren los lunes y algunos otros días de la semana) y los documentos a veces no llegan a las oficinas públicas sencillamente porque se pierden.

Una de las cosas más cool ha sido tomar fotos en los sitios que
antes solo veíamos en las películas, como la entrada del Museo de Louvre.
Para que este post no termine siendo una colcha de retazos, primero los felicitamos por haber llegado hasta el final y les confirmamos que en estos cuantos meses hemos vivido más cosas que nuevas que en lo que va de nuestras vidas. Pero es tan emocionante que queremos compartir cada paso con ustedes para que se rían, se burlen o hasta para que les sirva de ejemplo si algún día quieren hacer algo parecido. Cuéntennos en los comentarios o en nuestras redes si quieren algo específico ¡y a leer!

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1 comentario:

  1. Creo que aunque el blog es de moda, ustedes están en un proceso muy interesante y si le pudieran agregar un poco de la experiencia de moverse en la ciudad y los lugares que no salen en las películas pero que también son parte de cada ciudad; seguro nos sería muy interesante a todos, uno por aquí hasta se antoja;)

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