Por Jen

 


¡Llegaron las vacaciones! Bueno, no para todos, porque nosotras seguimos trabajando más que nunca y esto parece de no acabar. Pero hey, al menos tenemos tres puentes seguidos así que tenemos tiempito de salir de la rutina. Y nuestra forma favorita de salir de la rutina es la playa, así que las gafas de sol son un básico en este escenario. Y en cualquiera, en realidad. 
Por Jen



Yo soy usuaria con moderación de los 'skinny jeans', Me gustan, pero no creo que sean lo mejor que se ha inventado la humanidad, como sí les parece a muchas otras mujeres que se rehúsan a dejarlos en el clóset.Los hemos visto superajustados, con parches, con cintura alta… la lista es bastante larga. Pero ahora la moda me da la razón nos dice que es tiempo de darle un descanso importante a tus jeans favoritos y agarrar las tijeras para crear unos más especiales. Bienvenidos a la era de los ‘cropped flared jeans’. 


Este modelo de jeans no es otro que unos pantalones un poco más anchos y cortados a la altura del tobillo. Los hemos visto en muchas tiendas tanto con ruedos desgastados y deshilachados como con cortes perfectamente logrados. Los hemos visto en todas las 'it girls', de Kendall Jenner para abajo, y ahora vamos a ennumerar las razones por las que nos parece una tendencia a la que vale la pena invertirle un poquito de tiempo y esfuerzo. Si los usas bien, se te verán geniale en toda ocasión.

Los puedes hacer tú misma

Sí, Zara tiene unos DIVINOS con perlas y otros motivos, pero no es necesario gastarse una fortuna para que tengas nuevo jeans. Basta con buscar en tu clóset unos que ya no te pongas (y que no sean superajustados) y cortarlos. Ten en cuenta que el largo es justo por arriba del tobillo y que si quieres darle un mejor efecto, puedes dejar el corte deshilachado. Incluso puedes añadirles perlas y otros apliques, se verán muy ‘cool’. 

Entre más anchos, mejor
  
Este tipo de jeans en particular se aleja de los famosos ‘skinny jeans’ en toda su silueta, y entre más anchos puedas llevarlos, mejor. Nos recuerdan mucho a los bota ancha de los 70, solo que más cortos. Eso sí, procura que la diferencia entre la parte alta y la parte baja del pantalón. 

Con o sin tacones
La gracia de los jeans es que se ven bien con todo, y con estos no es la excepción. Puedes llevarlos con tenis, zapatos bajos o tacones, se ven bien con todo. Cuando lleves este tipo de prenda busca zapatos llamativos, pues en este caso gracias al corte del pantalón se verán más. No hay límites, solo creatividad. 

Los detalles

Como mencionamos antes, las marcas de moda ya tienen estos jeans en sus vitrinas y los podemos encontrar con todo tipo de detalles. Perlas, bordados, encajes, etc. Si quieres un par y piensas que vas a darles mucho uso, ve por ellos. Sin embargo, recuerda que nunca sabemos cuánto tiempo tiene etta tendencia, así que no inviertas mucho en un pantalón que te pondrás poco. 

Llévalos al trabajo
 
Particularmente el 'look' de Alexa con
estos jeans es de mis favoritos
 El hecho de que no sean pantalones clásicos no quiere decir que no puedas llevarlos a la oficina. Por supuesto, tienes que tener en cuenta varias cosas: primero, que tu ambiente laboral te lo permita, porque usualmente algunos trabajos no admiten a sus empleadas en jeans. Y lo segundo, es que sean lo menos informales que puedan ser. Nada de deshilachados, desgatados  o encajes. Combínalos con una bonita camisa blanca y tus tacones más especiales. 

¿Ya están montadas en la onda de estos jeans? No olviden dejarnos los comentarios o etiquetarnos en sus fotos si los están usando. ¡Las queremos ver!

*Este post fue publicado originalmente en Tiempo de Moda, de radiotiempo.co
Por Meli.

Este año nos llevamos una sorpresa cuando vimos las fotos de los premios del Consejo de Diseñadores de Moda de América (CFDA Awards): no hubo nada espectacular.

Por Jen

En los años 20, la silueta 'boxy' se sentía liberadora para las mujeres que no tenían permitido salir a la calle sin sombrero (en algunos países) y que comenzaban a luchar porque les fueran reconocidos derechos como el voto y la posibilidad de divorciarse. Los vestidos les daban libertad para moverse y fluían mientras bailaban, y el pelo corto era tendencia porque se sentía sensual y moderno.

Fotos: Netflix
Por todo eso me gustan los años 20, una de mis épocas de vestuario favoritas de todos los tiempos. Creo que ya habíamos hablado de esto hace un tiempo cuando reseñamos 'The Great Gatsby', pero hay algo en esta época que se me hace más elegante y lujosa que todas las demás, y por eso cuando una amiga me habló de 'Las chicas del cable' y además me contó que era una serie de mujeres luchando por sí mismas, ya estaba enamorada. Y ahora que la serie confirmó una segunda temporada (se estrenaría en diciembre) estoy más emocionada aun.

Y cuando comencé a verla no pude sino enamorarme más de la historia (aunque a muchos les parezca de telenovela) y de sus personajes, cuatro mujeres que por razones muy distintas comienzan a trabajar en la Compañía Nacional de Teléfonos y se convierten en las mejores amigas, ayudándose mutuamente a salir de sus propios problemas e inseguridades. Me uno a la crítica casi generalizada de que la música mata muchas de las escenas porque aunque han querido darle un aire de modernidad, no conectan demasiado con la historia, especialmente cuando los ponen a bailar al ritmo de hip hop en las fiestas (*inserte emoji de eye roll aquí*). Pero el tema del vestuario de verdad entretiene y conduce al televidente hacia ciertos detalles que resultan sutiles, pero poderosos a la vez.


La encargada de este trabajo es Helena Sanchís, que ha trabajado en otras grandes producciones españolas y que creó un pequeño universo de vestuario alrededor de los cuatro personajes principales, Alba (o Lidia), Marga, Ángeles y Carlota, sus orígenes y situación particular. “Son muy diferentes y lo único que tienen en común son las ganas de libertad y la fuerza para luchar por ella. Marga es la más humilde y hemos utilizado tejidos más sencillos, como algodones y linos, y colores menos llamativos; Ángeles, que es una ama de casa que intenta aparentar felicidad, luce un vestuario colorido y alegre, sobre todo gasas y tejidos vaporosos, convirtiéndose en la única que lleva estampados; Carlota es una 'niña bien' que se rebela: esto se refleja en su estilismo con vestidos modernos y juego de contrastes y geometrías. Por último está Lidia, misteriosa y felina, que lleva tejidos satinados de colores profundos, con peso, cortes sencillos pero elegantes”, aseguró a los medios pendientes de la historia de este vestuario.