Por Jeniffer Varela R.

Sí, sí. Hasta una semana después vamos a estar posteando sobre Colombiamoda. Hay demasiado material que no queremos que se nos quede por fuera, y sabemos que ustedes lo van a disfrutar. Y como ya les mostramos el estilo y nuestro estilo, es hora de mostrarles uno de los ejes centrales de la feria: la pasarela (y decimos unos porque hay otros espacios muy interesantes de los que luego les hablaremos). 

Fotos Inexmoda y Cámara Lúcida
Hubo, como siempre, cosas que nos gustaron y otras que no. Resaltaremos las que llamaron más nuestra atención por una razón u otra. Los desfiles de las pasarelas centrales fueron 29 en total, así que dividiremos este reporte en dos, para mayor comodidad de ustedes y nosotros.

Día 1: Francesca Miranda

Luego de la tremenda apertura con Haider Ackermann en su desfile en el edificio EPM, todos quedamos boquiabiertos y esperando más. Francesca lo sabía y nos lo había comentado días antes, por eso había guardado varias sorpresas para Más Allá, la colección con la que rinde homenaje a los cien años del parque San Agustín.



Francesca es una mujer que hace la tarea e investiga bien la historia que quiere contar. El resultado fue un primer grupo de bellos vestidos de encaje estampado (a nosotras nos sorprendió) y que simulaba texturas rocosas o de musgo, algo que transportaba a la naturaleza y al mismo tiempo se veía delicado. Hubo detalles muy acertados como los accesorios y los apliques de encaje y guipur. Luego hubo vestidos de satín estampados con ilustraciones de José Rosero y un último grupo de vestidos en tonos metálicos. Probablemente algo de edición hubiera sido ideal, y personalmente no entendí mucho los peinados, que sé que eran para hacer parecer estatuas a las modelos, pero no fui fan del resultado. Hay una buena selección de vestidos femeninos y con historia.

Alcaldía de Medellín: Whisper and Loud y Especia

Luego del conversatorio con Haider Ackermann (del desastre de la entrevistadora hablaremos después) se presentó la pasarela de la Alcaldía con un grupo en el que estaban Mon y Velarde, Whisper and Loud y Especia. De esta propuesta nos encantó el trabajo de lencería de Whisper and loud, que redefine el erotismo sin llegar a ser vulgar y siendo perfectamente sexy. Hubo un poco de todo: encaje, flecos, negro. Lo suficiente como para sentirse atrevida solo con ver, y me parece fabuloso porque, al menos en Barranquilla, si quieres tener ropa interior verdaderamente coqueta no tienes muchas opciones. ¡Y ellas nos contaron que estarán pronto en la ciudad!



De Especia me descrestó su elegancia sencilla. Pude ver las prendas en el Vogue Talent´s Corner y son delicadas, chic y tienen un concepto definido. De todo mi gusto el uso de estampados. 


Arkitect by Pink Filosofy

Una de las pasarelas más anunciadas y también de las más concurridas, por el preámbulo que había hecho el Grupo Éxito con esta nueva alianza de llevar ropa de autor a mejores precios, y por supuesto por la presencia de la brasilera Alessandra Ambrosio. El recinto estuvo repleto para ver prendas y telas que Pink Filosofy ya ha hecho suyas (pantalones y blusas en algodón, colores neutros, viscosas), mezcladas con otras como encaje. La puesta en escena fue hermosa, inspirada en el ballet, y hubo piezas lindas que uno pensaría en comprar teniendo en cuenta un probable precio. Dos cosas que apuntar: primero, parece que no todas las prendas (o más bien casi ninguna) fueron pensadas para tallas grandes, lo cual debería pensarse si se trata de una verdadera democratización de la moda. Y lo segundo, al parecer varias de las prendas que vimos (como la falda de tul que tenía Ambrosio y que todas queríamos) que no llegaron a las tiendas. Mal.



Escuché a muchas mujeres decir que irían a comprar esta falda de inmediato.
 Ninguna la ha encontrado, me parece algo engañoso con el consumidor. 

Tennis

Tenían el cierre del primer día, con otra anunciada colección inspirada en los Rolling Stones. Yo quería verlos porque me encanta la marca, pero me pusieron de mal genio con un retraso de ¡una hora y quince minutos! Sabemos que todas las pasarelas se retrasan, pero presentar un desfile a las 10:45 de la noche ya raya en la falta de respeto. ¿La colección? Muy Tennis: urbana y con el espíritu que nos gusta, con leggings y jeans con efecto encerado, muchas camisetas y accesorios de la banda. Bonito, compraría varias cosas…pero no entendí por qué los modelos tuvieron que mostrarnos su dedito del medio varias veces. Grosero e innecesario (pero quiero los leggings). 



Día 2: Pasarela Infashion: cinco talentos, una pasarela

El miércoles la revista Infashion nos hizo llevar doble dress code (yo lo amé): además del denim day, nos propusieron un día de tocados y muchos aceptamos felices. Ya en la pasarela, se presentaron A New Cross, la alianza de Natalia Londoño, zapatos Todo un Cuento y Tocados La Coquito; y Bastardo. El primero fue una propuesta urbana muy interesante y pulida, y creo que en el último muchos tuvimos la sensación de no entender muy bien. Fue duro y provocativo, pero tal vez no tan aterrizado como esperaba. Pero la puesta en escena de tres diseñadores juntos fue fabulosa. Natalia Londoño nos trajo vestidos llenos de delicadeza y detalles como cortes láser y crochet (esos no me mataron por los acabados) y los unió con los tocados de La Coquito que parecían salidos de cuento. Los materiales y las formas de las base fueron excepcionales. Únanlos con los zapatos y ¡estábamos listas para ir a Ascot con la Reina!

Nota para todas: las gladiadoras están de vuelta, en serio. 
 

Polite

Bueno, llegamos a un punto complicado, sobre el que mucha gente se ha pronunciado y seguro lo seguirán haciendo.

Los zapatos de flores pudieron ser un detalle menor, pero me encantaron. 

El tráfico de Medellín no nos permitió volver a Plaza Mayor al desfile de Polite, pero pudimos ver la presentación de Garden of Eden en las afueras del recinto. Debo admitir que, al ver la ambientación, dije: el jardín de Dior (refiriéndome a la ambientación de la temporada Couture primavera 2013). Lo que vimos fue mucho de lo que ya nos ha acostumbrado la firma: estampados, volumen y unas telas algo imposibles (como el tan criticado spacer [una tela voluminosa, parecida a la que se usa para hacer forros de computador)] que pienso no se traduce bien a la calle). Muy editorial y bello, pero no para mujeres de calle (y está bien, porque ese no es su público). Hubo siluetas formidables, cortes en A y pantalones muy interesantes, la puesta en escena fue buena y generó recordación. Pero lo que muchos salieron pensando (lo corroboramos con periodistas y blogueros a salir) fue que habíamos visto demasiados referentes a casas como Dior, Balenciaga y Givenchy, concretamente por los vestidos en A hasta la rodilla, las grandes mangas y detalles en algunas piezas.


Pudo haberse pensado en una copia, pero la periodista que vive en mí me pidió buscar una prueba que hablara por sí sola (como esta, ¿se acuerdan?). Y no la encontré. Para mí, fue una reunión de muchos lugares comunes que nos pusieron a pensar. No hay que satanizar al diseñador o a la firma, que hizo muchas cosas bien en este desfile, pero sí hay que decirlo. Especialmente porque si se tratara de otro que no fuera adorado por ciertas personalidades, todo el mundo lo habría señalado. Fue una pasarela con cosas malas y buenas, pero que lo mejor que pudo haber hecho fue ponernos a hablar de ellos, una ganancia al fin y al cabo.

No olviden que nos falta una parte todavía, ¡y que nos gustan sus comentarios!
Por Melissa

No es exageración: hay personas que planean con meses de anticipación sus pintas para Colombiamoda. Nosotras no somos tan extremas, pero sí es un evento que requiere planeación hasta en los looks.


Nuestra jornada consistió de cuatro días, no tres, pues Jen tuvo el placer de poder asistir a la pasarela de Haider  Ackermann el lunes en la noche. Para la ocasión usó un vestido asimétrico verde botella, con un gran escote en la espalda. Lo acompañó con zapatos nude y clutch en tonos café. Para crear un poco de contraste, usó aretes morados.


(Para ser honesta, Jen sí estaba guardando este vestido para ese desfile desde que lo compró).


No hay foto mía porque no fui al desfile. Me quedé en la habitación tratando de verlo por streaming, cosa que no se pudo gracias a la fantástica transmisión de Une ¬¬

El martes, primer día oficial de la feria, yo me fui por lo alto y Jen por lo bajo. En tamaño de tacón, quiero decir.


Mi vestido de es de Mango y tiene mi silueta y colores favoritos. Plataformas (muy cómodas) de Ecocueros y bolso de Review (¡que al final de la feria se me dañó! ¡Lloro!).



Los aretes son una coquetería minimalista que compré en Usaquén, uno de mis lugares favoritos en el mundo.


Jen optó por un vestido blanco de Armi y su hermosísimo bolso Heráldica de Nora Lozza. Completó con sus nuevas 'cangrejeras' conseguidas en el extremo norte de Colombia: Maicao.



Broches de Paprika completaron el look.


El miércoles era día de tocados y sombreros por el desfile de La Coquito, así que Jen lució su pantalón estampado de Review y camisa de dénim de Tennis (ah, porque también era dénim day), plataformas negras de Payless, broches de Paprika y obvio, un tocado.


Este fue comprado y personalizado por nuestra gran amiga Éel María Angulo, una verdadera maestra con las manos.


Yo (omitan la pose incómoda y acostúmbrense porque NO SÉ POSAR) me sentí una muñequita con mi vestido beige de Review, baletas de Zara perfectas para caminar y mi tocado negro con plumas y malla, traído de Miami.


Ese mismo día, para las pasarelas de la noche, Jen fue con una clásica camisa blanca de Haz, de Judy Hazbún, falda asimétrica de Tennis y sus adoradas sandalias azules de Ecocueros. Hay que agradecer por el maquillaje al equipo campeón de Pantene y Max Factor, que nos hicieron sentir como modelos (al menos en cara y cabello, jeje).


Yo me arriesgué con algo un poco distinto (solo un poquito). Llevé una falda tipo campanita modificada y una blusa negra con (redobles por favor) ¡taches en el cuello! Mis fieles tacones peep-toe negros y mucho, mucho más maquillaje de lo que normalmente uso. (Es que los maquilladores no me hicieron caso cuando dije que quería algo "suave y natural". Pero mejor, ¡porque me gustó el resultado!).


Para la pasarela de cierre de Silvia Tcherassi, blanco y negro para Jen. Vestido de Basement acompañado de sandalias de tiras de Studio F y collar de colores Kate Spade, comprado en  Salvadorarte. Ondas en el pelo, nuevamente gracias al equipo de Max Factor y Pantene.


Yo recurrí a mi vestido morado asimétrico con collar de Laetitia (mí statement necklace por excelencia). Pumps nude y clutch dorado pálido de Ela para finalizar.


¡Dígannos qué opinan de nuestros looks en los comentarios!
Una de las cosas más fascinantes de eventos como Colombiamoda es que la moda no solo se encuentra en las pasarelas, sino que los asistentes son verdaderas muestras de estilo personal.


Es una verdadera vitrina de moda en todos sus niveles. Aquí les mostramos algunos looks que nos llamaron poderosamente la atención y nos hicieron pensar “Dios, gracias, hay esperanza más allá del jean sin bolsillo, la minifalda de elastano y la blusa vaporosa”.

Daniella Jassir Miranda en (¿qué más?) Francesca Miranda, Más Allá.

Diana Sandoval

Tatiana Moreno en top de Ela (modificado).


Beatriz Camacho con sus 'flatforms' de Prada.

Marcela Estrada, de Infashion.

Laura Agudelo, 'La pesada de moda', con un genial sombrero de La Coquito.

Diana Isa Jaraba, creadora de Paprika.

Johanna Ortiz, una de las creadoras de Pink Filosofy.

Laura Agudelo con una falda para morirse.


Diana Hochman, ¡amamos tu falda lápiz!


Por Jeniffer Varela R.

Haider Ackermann dijo hace poco que no se sentía colombiano, pero tampoco francés ni de ningún otro lugar. Pero es visible que sí tiene una raíz: la de su trabajo.

La noche del lunes, como parte de la celebración de los 25 años de Inexmoda, mostró que si es fiel a algo es a su técnica y a su estilo andrógino, que le han dado reconocimiento en el mundo y digno de motes como ‘El príncipe de la moda’.


No fue un evento lleno de parafernalias, pero sí tuvo una antesala con algunos problemas. Aunque sabemos que es un evento al que todo el mundo quería asistir, 800 invitados agolpados en dos pasillos para ingresar a un recinto incomodad a cualquiera, razón por la cual el calor fue un asunto constante.


El otro lunar de la noche fue la asignación de los asientos, que estaban numerados. Pero en las tarjetas no estaban esos números por ninguna parte, entonces habían chicos de Staff con lamparitas (porque todo estaba oscuro) buscando los asientos en medio del tumulto.


Nota adicional: en serio alguien tiene que hacer algo con el dress code de los eventos. A mí en la clase de protocolo me enseñaron a respetar el vestuario, pero veo que mucha gente o no tiene ni idea o simplemente no le importa. Pero es muy maluco que en un evento de moda haya gente vestida de gala o más informal (aunque muchos de los que estaban ahí no tenían nada que ver con moda, pero esa es otra historia). De verdad, hay que hacer algo.


Pero al final todo fue felicidad. Nadie presentó la pasarela (cosa que agradecemos porque nos ahorró accidentes de mala pronunciación) y un humo blanco marcó el inicio del desfile que fue corto, pero realmente maravilloso.




La pasarela comenzó fuerte, llena de cuero negro y las siluetas que lo han hecho reconocido. Pantalones y chaquetas de cortes limpios pero estructurados comenzaron a caminar con las modelos al ritmo de la música (hecha por Leonard Cohen para el evento) algo ceremonial, de sonidos contundentes, que las hizo desfilar en un solo sentido en la pasarela, sin regreso. Piezas ajustadas al cuerpo dieron luego paso a la mezcla que el colombofrancés disfruta más: la yuxtaposición de lo delicado y lo fuerte.




Vestidos de seda en diversos tonos mezclados entre sí, como gris y azul, bronce y rojo, tonos de verde y el inmaculado blanco. La estructura dio paso a trazos más delicados con camisas y pantalones fluidos y vestidos de suave seda envueltos en cinturones o chaquetas de cuero trabajado con detalles.




Fue un trabajo pulido que no necesitó pirotecnia, de un diseñador que se me antoja tan tímido, que a veces resulta parco para otros. Pero él deja que su trabajo hable, y por eso cada vez que vemos uno de sus vestidos sabemos que son de él, sin que nadie nos lo diga.




Al final, se asomó muuuuy brevemente para recibir la ovación del público y así mismo se fue, dejando una gran sensación entre los que estuvimos ahí. Tal vez sea cliché, pero estuvo fabuloso.