Por Melissa Zuleta Bandera

Volvieron los eventos de alfombra roja y aquí estamos, como siempre, listas para rajar, digo, criticar, digo, opinar sobre los vestidos.


Esta vez es el turno de los American Music Awards, que premió a Justin Bieber, entre otras cosas, como tumbalocas de las adolescentes Mejor Artista del Año.

Pero entremos en materia, que hay mucha tela que cortar. Iniciamos, por supuesto, con un desastre de grandes, muy grandes proporciones.

Christina Aguilera

El problema de Christina Aguilera ya no es la gordura, es que no sabe vestir su nuevo cuerpo (y al parecer sus asesores tampoco saben cómo hacerlo). Llevó un vestido de Pamella Roland que aunque no era el más bonito, de frente le hacía el favor de marcar su cintura, pero desde otros ángulos pudimos ver todo lo que estaba MAL: exceso de bronceado (y mal aplicado, además), demasiado maquillaje y zapatos que no le aportan nada al vestido. Además, ¿por qué la peluca?


Durante su presentación en la ceremonia de los premios, tampoco estuvo mucho mejor.


Nicki Minaj


Los dos vestidos que le vimos en los premios pueden ser, fácilmente, dos de los mejores que se ha puesto. Sí, ese cabello está feo, pero la ropa no, y considerando que se ha visto mucho, MUCHO peor, esto es una mejora impresionante. El verde brillante es Monique Lhuillier, el mismo que se upo Julie Bowen para los Emmy de este año.

Gwen Stefani en Balmain

Perfección. Audaz, interesante y hasta un poco sexy. Universo: aprende, así es como se hace.

Carly Rae Jepson en Gómez-García

Amo con locura ‘Call me maybe’ de esta chica (si no me creen, pregúntenle a Jen), pero no amo ese vestido. No le favorece: hace ver su busto caído y sus caderas muy grandes.

Kerry Washington en Stella McCartney Resort

Amamos el color, odiamos el vestido y los complementos.

Ke$ha

Cómo cambia la gente cuando se baña, ¿cierto? No será lo más bello que he visto (y los zapatos de Christian Louboutin están bastante feos), pero se ve limpia.

Taylor Swift en Zuhair Murad

Un gran meh. Se pierde un poco en el color de su piel, no es nada extraordinario pero se ve bien, y predecible.

Jenny McCarthy en Dolce & Gabbana

Sex on a stick! El cinturón es extraño para mi gusto, pero funciona con el look. Se ve como un millón de dólares.

Heidi Klum en Alexandre Vauthier Couture y zapatos Christian Louboutin

Si lo recuerdan, Jen hizo un review de esa fantástica colección , pero por muy hermoso que sea el vestido, no le favorece a Heidi. La hace ver cuadrada y le aplasta el busto. Se hubiera visto mejor con el cabello suelto…tal vez.

Carrie Underwood en Abed Mahfouz

Hermoso color que favorece su tono de piel. Se ve un poco cuadrada, pero en general todo el look funciona muy bien.

Stacy Keibler en Collette Dinnigan

La novia de George Clooney me recuerda a Heidi con ese estilo de “tengo piernas espectaculares y las voy a mostrar toditas”. Aunque son muy musculosas para mi gusto y está muy corto, en general no tengo mayores quejas.

Kelly Rowland en Naeem Khan

Espectacular. Más que un vestido precioso, es un vestido con un estampado interesante y que le favorece.Las pocas aplicaciones de piedras son un total acierto.

P!nk en Catherine Deane

Badass meets high fashion. Este vestido es un equilibrio perfecto entre feminidad y dureza, algo que define a P!nk perfectamente. El color es bellísimo, además.

Ginnifer Goodwin en Oscar de la Renta Resort y zapatos Jimmy Choo

Es algo extraño, algo adorable y algo interesante, como casi todo lo que ella se pone. Por lo tanto, funciona.

Jordin Sparks en Etro

Como diría Jen, a ella parece que la vistió su peor enemiga: complicado, confuso y extraño.

Hayden Panettiere en Armani

Me duelen mucho las malas decisiones de esta chica. Las tiras del vestido la hacen ver más espaldona de lo que ya es, los accesorios no hacen nada para ayudar el atuendo, el labial es desafortunado y el cabello parece que ni siquiera se lo hubiera arreglado. El styling pudo salvar ese vestido, pero no.

Cyndi Lauper


Desastre. Pero es Cyndi Lauper y ella just wanna have fun, así que no importa.

Por Jeniffer Varela R.

Amy y Zuzanna Prims han compartido toda su vida una pasión por la moda, pero también han defendido el ideal de que el estilo es algo individual, peculiar y como tal debe ser celebrado. Por eso, fieles a su estilo crearon cada una su marca, que juntas conforman una hermandad muy fashion: Juana Be y Salvadorarte.

Fotos Melissa Zuleta Bandera y cortesía.
Ambas están comenzando a construir una idea de marca que se basa en una fuerte identidad individual y mucho trabajo en equipo en sus propuestas de ropa y complementos. Como buenas hermanas, Juana Be y Salvadorarte se complementan la una a la otra.

Zuzanna (izquierda) y Amy Prims.
Amy Prims es la cabeza de Juana Be, el lado playero y funky de la familia. Presenta una colección llena de shorts y color, así como accesorios perfectos para un clima soleado y días en que no quieres perder el estilo por nada del mundo. Prendas coquetas como camisas vaporosas en telas frescas, gafas de sol y beachwear, pueden encontrarse por aquí.




Salvadorarte, por otro lado, es obra de Zuzanna. Ella apuesta por una propuesta con un toque más de rock: taches, negro, vestidos, camisas y faldas; cada una con su propio detalle audaz. Yo personalmente tengo una camisa con su sello: una pieza neón con aplicaciones ‘joya’ en cuello y botones. La amo.



Hasta ahora, las dos marcas habían sido comercializadas de forma virtual y un show room que había sido preparado por Amy y Zuzanna, pero ahora se mudaron y para celebrar, organizaron hace poco un evento llamado ‘Shop in the garden’ en el que nos mostraron sus nuevas prendas, unos accesorios increíbles y una experiencia con piscina incluida.




Hay para todos los gustos: shorts, camisas, camisetas y accesorios, todos con toques muy especiales. Lo que nos encanta de la propuesta de este par de chicas es que saben lo que está de moda y eso lo traducen en prendas que todas podemos adquirir, porque los precios son muy razonables y la calidad es muy buena.


Mis favoritos: los shorts y los accesorios, que tienen detalles muy originales. En esta ocasión me llevé un collar de piezas de colores que le quité al maniquí y estoy esperando para estrenar. 


¿Se acuerdan de la reina malvada de 'Blancanieves y el cazador' que reseñamos aquí?




Por Melissa Zuleta Bandera.

Este es un blog de moda. Por lo tanto, este es un post sobre vestidos, no sobre reinas.

Fotos: Josefina Villarreal para El Heraldo.

Nosotras sabemos que no es lo mismo un vestido de alfombra roja que un vestido de concurso de belleza. Este último es un estilo muy marcado y característico, con sus propias reglas y costumbres.

¿Pero cuándo fue la ultima vez que dijimos "qué vestido tan hermoso" en uno de esos certámenes?

La verdad son pocos los que se salvan. Se exceden o en el brillo o en las aberturas o en las transparencias, o peor aún, en todo al mismo tiempo.

A veces, irónicamente, rayan en la vulgaridad al querer mostrar los atributos de las aspirantes al reinado de turno.

Esta vez vamos a ver las barbaridades los vestidos que se pusieron las 10 semifinalistas a Señorita Colombia (solo 10, porque si nos ponemos a analizarlos todos, no terminamos nunca).

Antioquia

No fue el peor de todos, el plisado se veía bien, pero creo que se pasaron con los metálicos: tela dorada con brillos plateados y un detalle plateado en el busto. Too much. Como dijo Jeniffer, parece un Ferrero Rocher.

Atlántico

Ay, Dios mío. Sufrí con esta muchacha porque el vestido no es feo, de hecho, podría llegar a ser muy bonito (lindo color, buen vuelo, bustier interesante, el brillo justo), ¡PERO LA ABERTURA ES TAN ALTA QUE CASI SE LE VE AQUELLO! ¿No se supone que las reinas de belleza deben ser elegantes y sofisticadas? ¡¿En dónde queda el glamour cuando exhibes al mundo tus partes íntimas?! Solo necesitaba bajar unos cuantos centímetros la ubicación del detalle de la cadera y el inicio de la falda, y ya, perfección. Pero no. Sufro.

Cesar

Meh. El blanco es una bonita opción para su color de piel y cabello, pero se veía como rígida la parte superior. Típico vestido de reina de belleza, bañado en cristales.

Guajira

Bueno, ahora sí. Para mí esto sí es un buen vestido de reinado. No es posible pasarlo al mundo de la alfombra roja y que no esté en las listas de peores vestidas, pero funciona perfecto para el objetivo de un concurso: muestra su excelente cuerpo, el color complementa su tono de piel, brillante y llamativo, larga abertura que muestra la pierna en todo su esplendor pero sus partes íntimas están cubiertas. No amo los zapatos, pero los perdono.

Huila

El impermeable fucsia, el boli de cola con leche, el forro de paraguas... Le dijeron de todo a esta niña por el extraño material en que está hecho su vestido. Y no es para menos: parece que se le perdió el quinceañero, pero en el espacio exterior. Incluso tiene un tenebroso parecido con el sofá inflable de la Barbie. Sin embargo, solo imagínenlo con una tela distinta. Cambia del cielo a la tierra y se puede apreciar que es una silueta que le favorece, con un poco de brillo (porque ni modo que no) y suficiente drama como para que lo acompañe una corona.

Magdalena

Wrong. Esto es, como decimos en Barranquilla, una empanada. El tul es exagerado y esa cosa extraña que parece agarrar su cuello da miedo.

Meta

Otro meh. Nada extraordinario, pero no desentona. Aunque se siente un poco…desnudo. No soy fan de que se vean las piernas debajo de la falda de un vestido, muy pocas veces funciona.

San Andrés

Drag queen! Ella está lista para presentarse en algún cabaret gay de Las Vegas para hacer su mejor imitación de alguna cantante.

Tolima

Este vestido es el ejemplo perfecto de “vamos a ponerle todo”: encaje, brillo, transparencias, cut outs, plisado, un solo hombro, color chillón, desnudez.

Valle

No es muy lindo, pero tampoco es terrible; está como…ahí. Lo único que inclina la balanza es ese feo aplique en el centro del vestido, como tapando su ombligo.

Y el comodín del día, porque han sido tan buenos lectores: una que no es reina de nada pero se lleva la corona del mal gusto. Sara Corrales, mostrando un ejemplo perfecto de corronchería en un evento de gala.


La diseñadora de esta perla se llama Giovanna Maroso. Y hay que aceptarlo, le hizo una maldad a la pobre Sara, que no es para nada fea y tiene un cuerpo espectacular, pero siempre escoge ropa que la hace ver vulgar y ordinaria. (Bueno, eso ya no es culpa de la diseñadora...)
Por Melissa Zuleta Bandera

Joaquín Camargo es un diseñador gráfico cuyo gusto por la moda lo llevó a aventurarse en un proyecto que combina sus dos pasiones: la marca Amargo es una propuesta de bolsos y accesorios con diseños juveniles, novedosos y sobre todo únicos.


Luego de dedicarse a su carrera de manera exitosa, a mediados del 2012 Joaquín puso en práctica todo lo que ha leído y aprendido sobre moda a lo largo de los años, resultando en la creación de Amargo.


La marca tiene bolsos para hombres y mujeres de diferentes formas y estilos, cuyo común denominador son los estampados que Joaquín crea desde cero.


El proceso inicia con una idea de estampado. Cuando está listo el diseño, Joaquín decide cómo irá este en cada bolso que se va a fabricar.


Una vez decidido, el diseño es enviado a una empresa textil con sede en Bogotá que se encarga de la elaboración de la tela, que luego vuelve a Barranquilla para la fabricación final de los bolsos.


Uno de nuestros modelos y diseños favoritos.
El proceso de manufactura tarda unos dos meses desde que se concibe el diseño del estampado hasta que está listo el producto final.


Con tan solo dos colecciones en su haber, Amargo ha tenido muy buena acogida, y en nuestra opinión esto se debe a la calidad de sus diseños. Son coloridos, jóvenes y vibrantes. Es una propuesta atractiva, llama la atención y te da ganas de tenerla. Además, se nota la calidad en su elaboración y los materiales, como se dice coloquialmente, son “de combate”: estos bolsos no se “deshacen” con facilidad.

Amargo también tiene correas.
En el futuro, la idea de Joaquín es tener más variedad: nuevos modelos, experimentar con cuero, herrajes, etc. (Joaquín mencionó la posibilidad de elaborar bolsos tipo baúl, ¡y a Jen y a mí nos brillaron los ojos!).


Los precios de los bolsos Amargo oscilan entre los 70 y 90 mil pesos, y pueden conseguirse en algunos almacenes de la ciudad, en uno de Venezuela y a través de su página en Facebook.