Barranquilla Fashion Week: gran nombre, muchas expectativas


Por Melissa Zuleta Bandera.

Quiero empezar este post aclarando que Jen y yo apoyamos toda iniciativa que promueva la moda en Barranquilla, porque creemos que tales espacios hacen falta. Así que cuando escuché por primera vez que se realizaría un Barranquilla Fashion Week, casi brinqué de la felicidad.

Mucha gente pero muy poco espacio.

Sin embargo, con el pasar del tiempo y a medida que se acercaba la fecha del evento, nos sorprendió que no había un gran despliegue noticioso sobre el mismo ni campañas de expectativa. También el hecho de que había muy poca información en su sitio web: ni programación ni lista de los diseñadores que se presentarían en pasarela.

Poco antes del evento nos enteramos de que este era el lanzamiento de Barranquilla Fashion Week que se realizará en el segundo semestre 2013, una especie de abrebocas para mostrar un poco de lo que se verá el próximo año.

Cuando finalmente llegó el día, lo primero que me llamó la atención fue el lugar: los stands estaban dispuestos en los pasillos del centro comercial Gran Boulevard, que, por si no lo conocen, tiene corredores angostos. Por este motivo, era casi imposible detenerse a detallar la oferta por el poco espacio que había y la cantidad de gente pasando por ahí.


Cuando al fin pude empezar a ver realmente qué había en los stands, me alegró ver propuestas de ropa, marroquinería, calzado y accesorios de diseñadores locales, que es finalmente lo que se busca: darles un espacio para que muestren su talento.




Pero luego, a medida que fui caminando, empecé a ver varios stands de centros de estética, salones de belleza, muebles, cosméticos, hasta un centro de maternidad y un restaurante. ¿Qué tenían estas cosas que ver con Barranquilla Fashion Week?

En ese momento me pregunté si la moda no alcanzaba para llenar los stands, si no había suficientes diseñadores en Barranquilla. Luego me enteré de que el stand costaba 750.000 pesos, y la verdad es que no muchos creadores jóvenes tienen para pagarlo. Además, como me dijo un diseñador de bolsos al que le ofrecieron participar, ¿qué ganan con esa inversión en un evento nuevo y prácticamente desconocido?  “Aquí nadie viene a comprar”, me dijo.

Admito que eso es relativo, y estoy segura de que algunos de los participantes vendieron, pero hay que preguntarse si la inversión valió la pena, si se hicieron contactos útiles, se dieron a conocer o hubo ganancia económica suficiente.

La primera en mostrar su propuesta en pasarela (luego de un show de cabello de un salón de belleza…) fue Lina Ceball con su marroquinería: bolsos hermosísimos y bien hechos a los que se les veía la calidad en los materiales y elaboración.

Eso sí: no entendí por qué, al modelar accesorios y bolsos, casi todos los diseñadores insistieron en vestir a las modelos con unos sacos de tela negra sin forma que no las favorecían en absoluto. Es cierto que hay que dejar brillar los complementos, que es lo que se está mostrando, pero no tenían sentido esos vestidos tan feos.

Otros que tomaron la pasarela el primer día fueron Evelyn Daza, Retrochic para la Gobernación del Atlántico, Sena, Musetta Vitella (bolsos fantásticos y modelos mejor vestidas) y Belinda Pinedo.

Y luego, el horror: la pasarela de Angelíssima, la línea de cosméticos y cuidado de la piel de Omnilife. Yo no soy muy vieja, pero nunca en mi vida había visto a modelos tomar la pasarela para desfilar llevando brillos labiales y frascos de crema en las manos.

El segundo día la oferta en pasarela fue mejor. Orlando González mostró sus accesorios inspirados en el Carnaval.

Orlando González.

Giovanna Narducci, con pocas buenas modelos (común denominador en la mayoría de desfiles), mostró una mezcla de hippismo (flower power, tie dye) y Uli de Project Runway. Nada extraordinariamente bello.

Giovanna Narduci.

También tomaron la pasarela Darío Valencia (quien mostró una colección coherente con estampados interesantes), la ropa deportiva de Claudia Dacarett y los trajes de baño de Eileen Maestre (cuyas modelos no daban la talla en lo que respecta al cuerpo y caminaban hacia donde se les daba la gana).

Darío Valencia.

Las dos últimas pasarelas de la noche fueron a cargo de Claudia Sabogal y Giovanni López. La primera tuvo como siempre, grandes aciertos y grandes desaciertos, pero en general era coherente con su estética.


Claudia Sabogal.

Giovanni López por su parte fue un rotundo éxito, lo mejor de BQFW. Su colección tenía un punto de vista claro y hablaba de un hombre específico y bien definido. Mostró prendas que te hacen decir “yo sé quién es ese hombre, qué viste, qué le gusta hacer, qué música escucha”.


Estampados y gráficos interesantes en las camisetas y detalles de color en los forros de chaquetas y en la parte interior de los yines fueron consistentes a lo largo de su colección. Además, sus modelos masculinos eran mucho mejores que casi todas las mujeres que desfilaron los dos días.

Giovanni López.

Conclusión

En general, el nombre Barranquilla Fashion Week viene con unas expectativas y unas exigencias por parte de las personas que nos gusta la moda y la seguimos, que estamos pendientes de las semanas de la moda en otras partes del mundo.

Para nosotras, uno de los mayores errores que se cometieron en este evento fue el no aclarar, desde el principio, que este era un lanzamiento, una muestra de lo que vendrá.

La segunda gran falla, a nuestros ojos, fue que se vio como una colcha de retazos: una cantidad de cosas que no tienen que ver con moda como para “llenar espacios”.

Y la tercera, pero no por eso menos importante, es el afán de ponerle Fashion Week a todo evento sin una plena conciencia de lo que ese título representa. Siempre hemos sostenido (igual que muchas otras personas seguidoras y defensoras de la moda) que debe haber espacios para los nuevos talentos en otras oportunidades del año, pero una Semana de la Moda con propiedad le hace falta al país. Una que sea dos veces al año, que sea grande y agrupe buenas y bastantes propuestas. Lo de BQFW es un muy buen intento, pero debería pensarse más como un evento para mostrar moda y no una semana como tal (porque entre otras cosas solo fueron dos días).

Este post lo escribimos como una crítica constructiva para que las cosas se hagan mejor. Al ser este solo el lanzamiento de BQFW, en verdad deseamos que el próximo año el evento en sí se enfoque más en la moda, los diseñadores y sus propuestas, y que la organización y campaña de expectativa sean más efectivas.

Esperamos con ansias que llegue el segundo semestre de  2013 y que tengamos un BQFW como debe ser.

3 comentarios:

  1. Un post muy acertado. Ojalá haya mas oportunidades para los nuevos creadores...

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  2. Hola brogger, eres especialista en moda? tienes algun medio de contacto?

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  3. Claro. Puedes escribirnos a modadospuntocero@gmail.com

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