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Por Jeniffer Varela R.

El año pasado nos horrorizamos con la versión colombiana de uno de nuestros realities favoritos, America's Next Top Model, y ya de eso comentamos bastante. Pensamos que con una vez había sido suficiente, pero en 2014 el formato llegó recargado...pero no necesariamente para bien.

Fotos: tomadas de Caracoltv.com
Si en la primera temporada habíamos dicho que una de las cosas rescatables había sido la presencia de Carolina Guerra, por su trabajo previo como modelo, esta vez el asunto pintaba peor desde el inicio con Carolina Cruz como una especie de Tyra Banks criolla. Aclaremos algo: Carolina Cruz ha hecho fama como presentadora y tiene una legión de seguidores muy respetable, así como una empresa y demás. Pero de ahí ha decirle modelo hay una diferencia muy, pero muy grande. Una modelo es una mujer que se desenvuelve en las pasarelas, en sesiones de fotos de diferentes productos y en otras facetas, pero Carolina no tiene ese perfil y nunca lo va a tener, porque es una exreina convertida en presentadora que hace campañas publicitarias. Y ya. No es una modelo, y mucho menos un ícono de moda (como lo dijo una de las participantes y que hizo que casi me desmayara de la decepción), en Colombia no tenemos de eso.

Carolina Cruz es la presentadora de esta temporada. ¿Modelo?
Apartando eso (y lista para las piedras de sus fieles fans), volvemos al punto donde arrancamos la primera ocasión: el ideal de modelo que el programa está buscando se desdibuja por completo cuando nos dicen que el premio es ser Chica Águila. ¿Por qué? porque aunque esta marca esté tratando de reinventarse con mujeres que cumplen los cánones mundiales del modelaje, es muy difícil que este concepto cambie en los hombres, sus principales consumidores.


Varias de las pruebas son réplicas del programa en Estados Unidos. 
Esa es la principal razón por la que el programa no puede ceñirse a las pruebas ni a los estándares del programa en general. En America's Next Top Model nunca veremos una clase de ‘pole dance’ o una sesión de fotos en el Carnaval de Barranquilla, porque una modelo no debe subirse a una carroza a bailar. No es su trabajo. El de una Chica Águila sí, y ahí se pierde el límite.


Estas son preparaciones para Chica Águila, no para una Top Model. 
No está mal que cada programa quiera tener su distintivo propio y no ser una copia al carbón del reality en Estados Unidos, pero al menos deberían conservar la identidad. ¿Y cómo va a tener identidad de concurso de modelaje un show donde muestran 40 minutos de peleas, risas y demás y las pruebas y evaluaciones de jurados son aceleradas para que puedan verse en cinco minutos?  Lo del ‘Cara a Cara’ al mejor estilo de Protagonistas de Novela mejor ni lo hablamos...

En una estrategia al mejor estilo del ‘Cara a Cara’ de Protagonistas de Nuestra Tele, las modelos eliminaron a una compañera. 
Dicho todo esto, creo que no hay nada más que mencionar sobre el tema. Solo que Melissa y yo ya le perdimos la fe, porque pensábamos que este año todo podía mejorar y nos volvieron a romper el corazón. ¡Nosotras renunciamos!

En el programa podemos ver como a las participantes las maquillan y peinan. Uno de los atractivos de la versión norteamericana es que ellas mismas hacen todo eso, aporta naturalidad.
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Por Jeniffer Varela R.

Debo comenzar este post recordándole a todos nuestros lectores mi corazón y el de Melissa están rotos por un formato tristemente dañado, convertido en Colombia’s Next Top Model.

Fotos: El Heraldo y Jen

Dicho eso, y luego del debate que suscitaron las entradas anteriores sobre este reality adaptado para nuestro país paso a contarles que las cuatro finalistas, convertidas ya en Chicas Águila visitaron las instalaciones de El Heraldo en los días previos al Carnaval. Y eso me rompió más el corazón.

¿Por qué? Porque si viéndolas en tv me dio pesar que mujeres tan lindas como Mónica y Claudia crean que para ser alguien en el mundo del modelaje (el de pasarela, el que crea verdaderas top models) hay que ser primero modelo de cerveza, la sensación de tristeza es mayor viéndolas de cerca y escuchándolas hablar.


Tengo que aclarar una vez más que en Moda 2.0 no tenemos nada en contra de la figura de Chica Águila. Es más, nos parece una de las estrategias comerciales más exitosas de esta marca. Pero como lo venimos recalcando, estas niñas no llenan el perfil de lo que se piensa para esta campaña (aunque ellos digan que se están reinventando). 

Es evidente que tratan de darle un giro a la imagen. A su visita, las cuatro chicas llegaron con camisa de dénim (lo cual me pareció un acierto), pantalones y cuñas de colores. No estoy segura en realidad del atuendo completo, pero la pregunta general fue ¿por qué están tan tapadas? Eso me hace pensar me hace pensar qué tan bueno es para la marca y para ellas mismas este nuevo concepto de modelo de valla que salta a la pasarela. 



Le he preguntado a varios hombres y las respuestas han sido casi todas negativas. Las han calificado de muy flacas, de “falta de vitaminas” (no miento) e incluso de mujeres normales. ¿Y saben por qué? Porque son hombres que no están familiarizados con el concepto de modelo que se maneja en el mundo y que supuestamente esperábamos saliera de CNTM. Estas niñas lo tienen, pero no lo pueden utilizar montadas en una carroza.

De ellas cuatro hay que concluir que, evidentemente, son cuatro mujeres muy bonitas. Mónica es la justa ganadora de un programa de modelaje: alta, no con demasiadas curvas, un rostro interesante. No me mata demasiado el color del cabello, pero destaca. 


Claudia tiene unas facciones excelentes y una actitud que se nota. Además tiene una piel espectacular. Creo que ella y Angie también podrían intentar una carrera de modelos y tendrían un buen desempeño. Lo triste del asunto es que les han metido en la cabeza que pueden ser de todo a la vez, que “el tipo de modelo colombiana es diferente” (lo dijo una de ellas) y que “todas llevamos una Chica Águila por dentro” (dicho por ellas también). A mi parecer, la única que cabe en ese prototipo es Lis, porque es más voluptuosa.



Un detalle que llamó mucho mi atención. De las tres, Lis es
 la única que usa pestañas postizas y es la que más se maquilla. 
Insisto, el problema no es el premio, ni son ellas. El enredo se formó cuando quisieron mezclar la gimnasia con la magnesia y ponerlas a hacer algo a lo que una top model no aspira.

Lo único que nos queda esperar es que después del año que tienen de contrato, algunas recapaciten y enderecen el rumbo, sobre todo Mónica que tiene la palabra “Pasarela” en la frente.





Por Jeniffer Varela.

Antes de comenzar, hay que confesar que Melissa, casi toda la gente que conocemos y yo, estábamos anestesiados. Sabíamos cómo iba a ser el casting, las modelos y demás, pero había una pequeña (muy diminuta en realidad) esperanza de que algo no fuera como lo habíamos previsto. Pero no, pasó exactamente todo lo que pensábamos.

Fotos: Canal Caracol

Colombia’s Next Top Model arrancó con un breve video de las aspirantes caminando por la calle y siendo silbadas por albañiles, cuánta clase. Luego, nos presentaron a Franklin Ramos, de quien nos contaron su larga trayectoria, pero salió arreglándole el cabello a Natalia París (¿coincidencia con la estética del programa?). Luego vino la presentación de Carolina Guerra a lo Tyra Banks (y con un maquillaje bastante cargado), en la que le dio la bienvenida a las concursantes con una prueba igual a la del primer ciclo de la versión americana: tenían que vestirse en un ascensor y presentarse a una sesión de fotos relámpago. 

Esta imagen estuvo seguida por un grupo de albañiles silbando a las participantes.
Está clarito a qué audiencia quieren llegar. 

Hasta ahí el asunto no era tan grave. Pero inmediatamente después, nos presentaron a Raúl Higuera, jurado y encargado de hacer las primeras fotos de las 20 participantes. Aquí fue donde, como diría mi abuela, la puerca torció el rabo. ¡Que alguien me explique cómo es posible que un fotógrafo le pida a sus modelos que se tiren al piso y rueden, use la palabra “adrenalínica” y además le parezca “regio” y “cool” ese montón de mujeres poniendo cara de sexo en todas las fotos! 

La indignación no me duró mucho porque Carolina se encargó de recordarles a todas las jóvenes que el premio para las cuatro finalistas era “un contrato millonario” como Chicas Águila. Y díganme loca, pero vi cara de decepción en más de una. Nada de contratos con agencias, ni portadas de revistas, como en la versión original. No señor, Chicas Águila. 

Y que nadie piense que tenemos algo en contra de la cerveza y de la marca. Pero ya habíamos dejado claro en un post anterior que la estética que maneja esta archifamosa campaña es la de la mujer voluptuosa que todos los hombres quieren tener en sus calendarios, garajes y puertas de clóset. Algo que, yo creo, no está en los ideales de Tyra Banks, Naomi Campbell, Cara Delevigne o Natalia Vodianova, todas (con algunas épocas de diferencia) renombradas y verdaderas top models.

De ahí en adelante hubo por supuesto mucho más que comentar. El desfile en “trajes de gala”, que no sé dónde estaban porque yo no vi ninguno, junto con los de ropa casual y vestidos de baño. Al menos Kika Rocha y María Luisa Ortíz fueron duras con sus comentarios y les dijeron a todas lo que pensaban. Aquí, hay que hacer una mención especial a Ma. Luisa por mandar a una a desfilar “jeans levanta cola”, una forma épica y diplomática de decirle a la niña que es una guisa.

El ‘desafío’ final del programa fue la grabación del cabezote del concurso (que quedó bastante feo), liderado por un director que les pedía a las chicas, entre otras cosas, que se volvieran “más plásticas”. Nadie entendió. Y al final, se reunieron los cuatro jurados a decidir las 15 que pasaban a la competencia. Gracias a Dios, la del jean levanta cola no pasó el primer filtro. 

Entre las muchas cosas que leí en las redes sociales mientras pasaban el capítulo, noté con agrado un gran desacuerdo entre muchos de los espectadores que saben que de ese casting solo podrían salir unas cuantas modelos con una instrucción y un premio de envergadura, no ese que les están ofreciendo. Además, muchos coincidieron (gracias al cielo) con mi opinión personal contraria a la de Kika Rocha, quien dijo que Colombia estaba bien representada ahí. Kika, lo siento mucho, pero yo como mujer colombiana no siento que la belleza de mi país, que es mucha, esté plasmada en esas mujeres que, no son feas, pero no representan ni un cuarto de la diversidad que hay aquí. 

El jurado dice que busca a la próxima estrella de las pasarelas. Nosotros no les creemos nadita.
El problema no es el concurso, ni el premio. El problema es que le estamos vendiendo al país un concepto de top model totalmente alejado en la realidad. Porque en Colombia no hay top models, y porque el último deseo de una modelo real es verse en una campaña de cerveza.

Para concluir, hay que decir que CNTM era todo lo que esperábamos: el prototipo de la ‘modelo’ voluptuosa que aparece en las campañas de alcohol y los cuadernos. Y no estamos diciendo que estas mujeres sean feas, porque no es cierto, pero de esas niñas a lo sumo tres podrán tener futuro en las pasarelas y eso, si salen rápido de ahí. Es realmente triste que en lugar de darnos una bofetada en la cara con un formato bien presentado, nos hayan dado la razón con un programa que hará que Tyra Banks quiera venir a matarnos a todos.

Pero al final nada importará, porque ellas tendrán su contrato y, así como vamos, el canal tendrá su rating. Solo nos queda el consuelo de que la mayoría, como nosotros, estará esperándolo para reírse nada más.
Por Melissa Zuleta Bandera.


Cuando me dijeron por primera vez que harían una versión colombiana de America’s Next Top Model, lo primero que dije fue “¡NOOOOOOOOO!”.

Y es en serio.

Pensé: “Ese casting va a estar lleno de vaqueras tropicales que quieren ser Chicas Águila y la nueva Natalia París: monas, bajitas, culonas y tetonas que sueñan con estar en un catálogo de Bésame y lanzar su propia línea de splash y cremas”.

El problema con las modelos colombianas, o más bien con las aspirantes a modelo, es que su imaginario de la próxima top model de nuestro país es una mujer sumamente voluptuosa, con cabello largo oxigenado, piel clara y acento paisa que vive mostrando piel en las carátulas de las libretas.

Claro que hay modelos talentosas en Colombia, con looks interesantes y proyección internacional, pero ellas no son lo que las jóvenes aspiran a ser, simplemente porque la imagen de mujeres como Natalia París, Tatiana de los Ríos, Ana Sofía Henao, Mara Roldán y las gemelas Dávalos, es la que ha llegado a la sociedad en general.

Estas mujeres han hecho méritos y eso no se los quita nadie, el problema es que la gente cree que ese es el único tipo de modelos que existe. Por eso nos preocupa profundamente lo que se va a ver en ese reality.

Y no solo por el lado de las chicas escogidas, sino también por los jueces y la presentadora. La directora de Moda y Belleza de People en español, Kika Rocha; el fotógrafo Raúl Higuera, y la modelo Catalina Aristizábal fueron elegidos como miembros del jurado, lo cual nos da un poco de tranquilidad (un poco). A partir del 8 de enero veremos al estilista Franklin Ramos como tutor de las concursantes y a la modelo Carolina Guerra como presentadora.

Raúl Higuera, Carolina Guerra, Franklin Ramos, Catalina Aristizábal y Kika Rocha.

Sabemos que America's Next Top Model no siempre muestra lo mejor del modelaje en Estados Unidos, y es un hecho que la mayoría de sus ganadoras en las pasadas 19 temporadas no han llegado a ser para nada top, pero al menos buscan muchachas con bellezas distintas, atributos poco comunes, facciones fuertes, perfección en las imperfecciones, looks andróginos, el famoso ugly-pretty del que tanto habla Tyra Banks. Chicas que saben transmitir emociones a través de sus ojos y que no salen en todas las fotos con cara de sexo.

Esperamos que los talentos ocultos de Colombia salgan a audicionar para el programa. Jóvenes con pieles de todos los colores, cabellos de todos los tipos, rostros interesantes, expresividad en los ojos, y sobre todo, pasión por la moda y no por la fama.

PD: Este post fue escrito hace tres meses, y para nuestro gran pesar, rompieron nuestro pequeño corazón anunciando que las cuatro finalistas serán, efectivamente, Chicas Águila.