Declaraciones de moda en la semana de Alta Costura

Por Meli.
Siempre es un placer hacer reseñas de las colecciones de Alta Costura porque nos pone a soñar como ninguna otra semana de la moda. Sin embargo, y por mucho que me gusta imaginar mundos imposibles con atuendos como los que se ven en esas pasarelas, debo admitir que una parte de mí siempre será un poco aterrizada.

En otras palabras, me gusta la fantasía, pero no aquella que se percibe inaccesible. eso es parte de mi personalidad y gusto personal, que se verá reflejado en algunos apuntes de esta reseña. Además, quisimos dejar a un lado algunas casas de moda que son protagonistas frecuentes de este post (Elie Sab, Zuhair Murad, Chanel) y darles espacio a otras que por distintos motivos hicieron méritos para ser discutidas (ya verán de qué estoy hablando).

Finalmente, un par de apuntes de mi experiencia personal viviendo en esta ciudad durante el desarrollo de esta semana y circulando alrededor de algunos de sus desfiles.

Alexandre Vauthier
Tal vez sea la colección que mejor refleja eso a lo que yo me refiero con fantasía accesible (no por los precios de un atuendo de alta costura, por supuesto): esa sensación de estar viendo algo extraordinario y de absoluta belleza, pero que tiene una conexión con la realidad, con un contexto “cotidiano” en el que nos podemos imaginar.
Según el diseñador, en conversación con Vogue, la colección buscaba transmitir la esencia de la costura francesa, el ser chic parisino, de corte impecable, con evidentes horas de trabajo artesanal, pero sin rayar en lo ostentoso y demasiado exuberante. Para mí, se notó claramente en los exquisitos detalles y apliques, el uso medido de volumen y la combinación balanceada de prendas ajustadas y de líneas limpias con otras más “ruidosas” y llenas de personalidad.

Antonio Grimaldi
Primera vez que reseñamos el trabajo de este diseñador italiano que participa como invitado en la Semana de Alta Costura, y su trabajo fue una grata y bienvenida sorpresa para las creadoras de este blog. La manera en que combina fluidez y rigidez en una misma prenda con la creación de siluetas casi arquitectónicas es un placer para la vista.
La paleta de colores, las siluetas y los acabados crean una colección coherente pero nunca aburrida, con sorpresas constantes en la forma de detalles voluminosos, brillos sutiles, apliques perfectamente ubicados y transparencias inesperadas. Podemos decir que fue amor a primera vista y no podemos esperar para ver más de su trabajo en próximas ediciones.

Balmain Paris
En otras condiciones probablemente hubiéramos decidido no reseñar esta colección, pero fue el regreso “triunfante” de la casa de modas francesa al calendario de Alta Costura después de muchos años, y en manos del reconocido Olivier Rousteing. De entrada, queda claro que el tema de las perlas es protagonista (como lo ha sido en otras de sus colecciones de prêt-à-porter), pero en esta ocasión las referencias no eran evidentes, sino que rayaban en lo obvio.
Hemos visto piezas tan exquisitas en esas colecciones prêt-à-porter pasadas que era difícil crear algo de nivel superior para Haute Couture, así que —en mi opinión— Rousteing le apostó a la exageración y el artificio: en volúmenes, siluetas y detalles, que se pueden ver claramente en las tres primeras fotos de la colección que acompañan esta reseña. Ese tipo de piezas transmitieron una sensación de mucho espectáculo y poca propuesta, además de un sabor a disfraz (y eso considerando que en la misma semana se presenta Maison Margiela), aumentado por el estilismo que percibí desafortunado y distractor. Sin embargo, a medida que avanzaban los looks se veía más la mano sofisticada de Rousteing y dejó ver piezas que se veían como una versión más elevada de lo que el Balmain Army ha llevado en el pasado.

Christian Dior
Esta casa de modas es recurrente en este post pero es que Maria Grazia Chiuri sigue sorprendiendo. Esta vez el tema fue el circo en el arte y nuevamente hizo dos cosas de manera estupenda: primero, traducir el tema en la puesta en escena de una manera interesante y con una fuerte carga de significado, gracias a la presencia de una tropa circense compuesta completamente por mujeres.
Segundo, interpretar la inspiración en las prendas de una forma hermosa, interesante y divertida, sin caer en lo obvio: si se ven las piezas en conjunto y en contexto, el circo está claro y es evidente, pero al sacarlas de allí, tienen identidad propia y no parecen un disfraz. Nuevamente una especie de fantasía aterrizada. Para terminar, los sombreros, diseñados por el maestro sombrerero Stephen Jones, son prácticamente unas obras de arte, creadas, en sus propias palabras, para ser “el punto de exclamación en la gramática de la silueta”.


Ralph & Russo
Otra casa de modas invitada que se ha vuelto de nuestras favoritas a lo largo de las temporadas. La manera en la que Tamara Ralph entiende la figura femenina es para mí una de sus grandes fortalezas, y en esta temporada la realzó inspirada en la diva del cine mexicano María Félix. Este detalle, debo admitir, me causó curiosidad, puesto que las grandes casas de moda no siempre son cuidadosas con los matices culturales (caso Dolce & Gabbana), y mi aprehensión se exacerbó cuando vi que había mariachis recibiendo a los asistentes al desfile.
Sin embargo, la inspiración se presenta como un viento suave que acarició las prendas y que no resulta evidente si no es mencionada, y el resultado son piezas exquisitas con una paleta variada con acentos de color y siluetas suntuosas y sensuales. El brillo, siempre presente, alternó con estampados y apliques que, aunque por momentos alejaban algunos looks del hilo conductor de la colección, aportaban interés y variedad.

Viktor & Rolf
Como Maison Margiela hace un año con sus prendas reflectivas que se veían diferentes dependiendo de la intensidad de la luz, la rareza de la colección de Viktor & Rolf es lo que la hace parte de este post. Sus fotos estuvieron por todos lados en redes sociales y no era para menos: vestidos de tul extremadamente voluminosos con logos textos en letras enormes, algunos de ellos bastante “de moda”, como “less is more” (menos es más) o “I’m not shy I just don’t like you” (no soy tímido, simplemente no me caes bien).
La colección llevó por nombre ‘Fashion statements’ (“declaraciones de moda”) y según la dupla de diseñadores la idea era que la ropa hablara por sí misma, literalmente, pero sin imponerle ellos mismos un significado sino dejando la puerta abierta para la interpretación de cada espectador. Al final, el trabajo artesanal (detrás de los ruidosos textos) es exquisito, por supuesto, y el volumen y color es claramente llamativo, pero en mi opinión la colección se queda más en la forma que en el fondo, con una sensación de llamar la atención a toda costa más que la de hacer una declaración sobre algo.

Para cerrar, un poco sobre lo que es París en medio de Alta Costura: al ser más corta y exclusiva que las semanas de la moda prêt-à-porter, si uno no está directamente frente a la locación de un desfile, no se entera que algunas de las creaciones más fabulosas del mundo están siendo presentadas en la ciudad. Pero al estar a la entrada de una de las pasarelas, queda más que claro: paparazzi y gente del común buscando lo mismo, la posibilidad de ver a alguno de los famosísimos invitados mientras entran.

Para mí es divertidísimo ir simplemente a ver gente: desde dichos famosos que llegan con guardaespaldas y puede que posen para los fotógrafos y el público (o no...), pasando por los “influencers” del momento que por supuesto se van a dejar fotografiar de absolutamente todo el mundo, los clientes adinerados y anónimos de las casas de moda que tienen el poder adquisitivo para pagar una prenda de alta costura a la medida, hasta los que yo llamo los verdaderos poderosos de la industria, esos que son poco reconocidos entre el público general que quiere ver a una Kardashian pero cuyas reseñas y contactos tienen el poder de truncar o hacer avanzar las carreras de los diseñadores.

Pero nada es más divertido que ver a quienes llegan con un look digno de cualquier blog de street style, esos que se detienen ante cualquiera que les pide una foto de su atuendo, que claramente dedicaron horas a pensar cada detalle del conjunto y que caminan lento para captar todas las miradas... y que al final llegan a la entrada del lugar del desfile y con las mismas se regresan para su casa porque no están invitados, solo querían ser fotografiados.




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